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El cambio de paradigma en los ETF
Durante años, los ETF (fondos cotizados en bolsa) han sido sinónimo de gestión pasiva. Su atractivo ha residido históricamente en replicar índices bursátiles con bajas comisiones, transparencia y liquidez. Sin embargo, en los últimos años, especialmente a partir de 2022, ha comenzado una transformación significativa: la gestión activa dentro del formato ETF está ganando protagonismo.A cierre de 2024, los ETF gestionados activamente representaban cerca del 7 % del patrimonio total de estos productos a nivel mundial. Aunque aún son minoría en comparación con los pasivos, están creciendo a una velocidad considerable, mucho más rápida que sus pares indexados.
Cifras clave: crecimiento imparable
En Estados Unidos, el epicentro del desarrollo de ETF, los productos activos ya han superado la barrera del billón de dólares en activos bajo gestión. Este crecimiento ha venido acompañado de una aceleración en lanzamientos: en 2024, el 80 % de los nuevos ETF que se lanzaron fueron de gestión activa. Además, estos ETF captaron el 27 % de los flujos netos de todo el mercado, lo que es notable teniendo en cuenta su pequeña cuota de mercado inicial.En Europa, aunque el fenómeno es más reciente, también se empieza a notar la tendencia. Algunos gestores tradicionales, que antes solo ofrecían fondos activos clásicos, están lanzando sus propias gamas de ETF activos. Esta estrategia les permite aprovechar las ventajas estructurales del vehículo ETF (cotización continua, mayor liquidez y comisiones reducidas) sin renunciar a su enfoque activo.
En España, sin embargo, el desarrollo de ETF activos es todavía limitado. Una de las principales razones es la fiscalidad: los ETF no permiten aplicar el diferimiento fiscal por traspaso entre fondos, algo que sí se permite entre fondos de inversión tradicionales. Esto desincentiva su uso entre inversores minoristas españoles.
¿Por qué ahora? Factores que explican la explosión
Hay varios factores detrás del auge de los ETF activos:- Entorno de tipos de interés altos: en un mercado con mayor volatilidad e incertidumbre macroeconómica, muchos inversores buscan estrategias que se adapten mejor a los ciclos económicos.
- Demanda de productos más flexibles: los ETF activos permiten a los gestores actuar con rapidez y ajustar carteras frente a riesgos específicos, algo que los pasivos no pueden hacer.
- Atractivo del formato ETF: cotización en tiempo real, mayor liquidez, costes bajos y eficiencia fiscal (en países como EE. UU.).
- Avance regulatorio: en algunos países se han relajado las normativas que antes limitaban el uso del formato ETF para estrategias activas.
Gestoras protagonistas
Entre las principales firmas que están impulsando esta tendencia destacan:BlackRock (con su gama de iShares activos).
JP Morgan (líder mundial en flujos hacia ETF activos).
ARK Invest, especializada en innovación tecnológica.
Fidelity y T. Rowe Price, que han trasladado su experiencia en gestión activa a ETF.
En Europa también hay nombres relevantes como Amundi, DWS o Franklin Templeton que están apostando por esta evolución.
Riesgos y consideraciones
Aunque la gestión activa puede ofrecer mayores retornos, también implica más riesgo y una mayor dependencia de la habilidad del gestor. Además, no todos los ETF activos han logrado batir a los índices, y su rendimiento puede ser inconsistente. Por ello, es crucial analizar el histórico, la estrategia y las comisiones.También se observa una proliferación de productos, lo que puede dificultar al inversor minorista distinguir entre buenas oportunidades y estrategias poco sólidas con marketing atractivo.